Película: "Me rompiste el corazón " Director: Boris Quercia / Duración: 97 min. Año: 2025
"La historia dentro de la historia"

Personajes como Roberto Parra, en esta película, emergen como memoria de un pueblo que se resiste a desaparecer al igual que las historias familiares que nos cuentan una y otra vez. Sin embargo esta no es solo la historia de un amor, ni las desventuras de un músico inspirado por el gypsy jazz, ni la de un creador que nos muestra la trastienda de una reconocida obra teatral. El largometraje de Boris Quercia se instala desde su estructura narrativa, permitiendo desplegar un relato sencillo que no pretende épicas en su dramaturgia, ni ostentar urdir una serie de situaciones acumulativas con el fin de lograr un efecto de final revelador y luminoso. La apuesta de "Me rompiste el corazón" es su diversidad de recursos narrativos. Sin duda una búsqueda impensada en el cine que, hasta el momento, nos había acostumbrado su director.
Proponer una historia dentro de otra, como cajas chinas o muñecas rusas que se abren una tras otras y todas ellas contenidas en sí mismas es una decisión altamente efectiva cuando la historia es simple y no da más vueltas que en sí misma. Este postura es radical si se trata de destacar su propuesta formal.
Comencemos desde el borde. Daniel Muñoz, el actor, recibe unas cintas de audio mientras espera al director de un proyecto teatral. La grabación es un registro entre Roberto Parra y un joven músico: Álvaro Henríquez. Acompañados de sus guitarras nos invitan a ser testigos de una conversación llena de testimonios y experiencias. La localidad de Chillan se presenta como el territorio de la tierna infancia de nuestro protagonista y de la fundación del relato que se vuelve a construir en la conversación de los músicos en medio de una sala teatral. El escenario del lugar donde se sostiene esta reunión se activa y las situaciones del recuerdo se instalan allí como impresiones de la memoria. Si continuamos acercándonos al centro de la historia nos encontramos con el archivo cinematográfico de la vida publica y privada de la sociedad chilena de la primera mitad del siglo XX. Ingresamos al mundo rural de nuestro país: casas de adobe, caminos de tierra, carretas y trenes que van, una y otra vez entre la casa de su hermano Nicanor, Chillan, Santiago y San Antonio. Locomotoras y vagones instalados en maquetas y montajes audiovisuales que juegan como nexos transitivos de las secuencias del filme. Finalmente llegamos al puerto de San Antonio, punto neurálgico y profundo de la historia que prefiguró las décimas de "La Negra Ester". Esta secuencia de lugares, situaciones y tiempos se van entrelazando durante gran parte del metraje dotándolo de variedad y ritmo en su propuesta de montaje.
Roberto Parra es un personaje que habita el Chile que definió, junto a otros exponentes de la cultura, en gran parte lo que conocemos como el folclor del pueblo. Como personaje poseedor de un tinte pintoresco y, muchas veces, gracioso si lo vemos desde lejos. Sin embargo como espectadores de este largometraje tenemos la oportunidad de encontrar el factor humano de la obra de Parra. Esa humanidad, miseria, pasión y gloria que, inevitablemente, se fundieron con sus cuecas choras, décimas y jazz huachaca permitiendo construir una leyenda que no se deja ver tan fácil. Que se esconde en una caja dentro de otra y luego en otra más. Es el Roberto Parra que huye entre los vagones de carga, en medio de los cerros del puerto y que se esconde cuando la fiesta, el amor o la pérdida deja de ser pretexto de la historia. "Me rompiste el corazón" desdibuja y multiplica en fragmentos fascinantes al creador de la Negra Ester.